Trabaja cada Sprint como si fuese el último

"Si este fuera nuestro último Sprint, ¿en qué nos centraríamos?"
Esta pregunta es perfecta para equipos que parecen atrapados en la rutina o que simplemente se dejan llevar por el trabajo diario. Ayuda a enfocar las cosas. Con demasiada frecuencia, asumimos que el próximo Sprint estará allí para limpiar las cosas, refinar el backlog, corregir algún error o probar alguna propuesta de mejora. Pero la verdad es que el próximo Sprint no está garantizado. Las startups lo saben muy bien.
Cuando un equipo cae en el ritmo de los Sprints sin propósito, todo comienza a parecer mecánico. En el Sprint Planning se intenta encajar trabajo en lugar de centrarse en objetivos de valor. El Daily Scrum se parece más a una actualización de estado que una oportunidad para inspeccionar el progreso hacia el Objetivo del Sprint y adaptar el plan. Los Sprint Review se convierten en demostraciones sin feedback. Las retrospectivas son repetitivas y/o inútiles.
Los equipos así, aunque pueden estar siguiendo Scrum correctamente en cuanto a su literalidad, no lo hacen en su esencia. Y cuanto más se estancan en la comodidad, la entrega de valor se produce casi más por accidente que por intención.
Trabajar cada Sprint como si fuese el último no significa hacer las cosas rápido y sin sentido, sino aportar urgencia, intencionalidad y claridad al trabajo. Esto es:
- Tomar decisiones basadas en lo que ofrece el mayor valor ahora y no en aquello que nos resulta más cómodo o fácil de hacer.
- Tratar el Objetivo del Sprint como un compromiso que vale la pena proteger.
- Decir no a las distracciones que amenazan la concentración.
- Pedir feedback de los interesados.
- Tomarse en serio las propuestas de mejoras en las retrospectivas y llevarlas a cabo.
- Aprovechar el DoD para garantizar la calidad.
Cuando un equipo cree que ésta podría ser su única oportunidad de ofrecer algo significativo, aporta un nivel diferente de energía y de involucración, se mejora la priorización, las conversaciones son más profundas y se centran en lo importante, y la colaboración pasa de ser algo opcional a ser esencial.
Sin un sentido de urgencia, los equipos caen en un bucle de retraso y dejadez:
- "Ya lo haremos en el siguiente Sprint".
- "Ya veremos ese punto en alguna futura retrospectiva".
- "No estamos seguros de por qué estamos desarrollando esto, pero hagámoslo igualmente".
- Los interesados no están involucrados porque dejan de ver un progreso significativo y valioso.
- Los equipos pierden de vista la visión y el objetivo del producto, centrándose solamente en las tareas a realizar.
Con el tiempo, esto conduce a una moral más baja dentro del equipo, menos confianza de los interesados y un valor inferior con respecto al que podríamos haber dado.
Si posteriormente algo cambia, como puede ser un cambio en la reorganización de un equipo, la pérdida de prioridad de un producto o el cambio de prioridades de una organización (nuevos mercados, distinta visión/misión, etc.), esas oportunidades perdidas ya no se pueden recuperar.
De ahí que es una buena idea plantearnos al principio de cada Sprint:
"¿Si este fuera nuestro último Sprint, qué ofreceríamos? ¿Qué mejoraríamos? ¿Qué dejaríamos ir?"
Esta pregunta nos exige que seamos muy claros, pone el valor a aportar como lo más importante que vamos a desarrollar (candidato, por tanto, a ser Sprint Goal) y alinea al equipo, no solo en torno a lo que están haciendo, sino también en por qué lo están haciendo.
Como comento en las formaciones, el foco del equipo debe estar siempre en finalizar cosas, con esa influencia del PO para maximizar el valor del producto. Si el equipo no está trabajando como si fuese el último Sprint puede ser por alguno de estos motivos:
- El equipo no está empoderado. Aquí el equipo no tiene poder de decisión sobre qué vamos a trabajar y perderemos parte de la fuerza que Scrum nos da.
- El equipo no conoce, ni vive, los pilares y valores de Scrum. No basta con hacer Scrum, hay que vivir la filosofía Agile que acompaña al marco para que realmente se aproveche al máximo.
Independientemente de si es un motivo u otro, la base del problema es común: La experiencia y/o formación del Scrum Master es deficiente y hay que mejorarla. Un Scrum Master con experiencia y conocimientos trabajará para que uno de los focos del equipo sea la maximización de la eficiencia.
Entrada basada en el artículo "Run Every Sprint as If It Were Your Last" de Chris Belknap
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